Mucha gente me pregunta porque corro, pues bien no es una moda, no es solo por salud ó por mantener el peso que tanto me costó perderlo (15 lbs), más bien es enfrentarme conmigo cada vez que lo hago.
Desde que volví a retomar los entrenamientos hace ya más de un año, para mi fue muy significativo el hecho de terminar la carrera (10 km), dentro de mí sentía una emoción que simplemente no podría describirla, talvez hasta quería llorar de la emoción al termino de la competencia en ese momento.
Luego vinieron más competencias y cada vez ganando mayor confianza en las mismas, incluso poniéndome mayores retos en distancias y tiempos, pero a la vez mis ideas sobre el correr fueron empezando a ser claras de porque lo disfrutaba tanto.
Bien dicen que el correr marathones o entrenar para ellas es el deporte más solitario del mundo, porque llega un punto que muchas veces tienes que entrenar solo, levantarte de madrugada, no importa si hace sol o frío, es tú y tu botella de agua, solo sabes que tienes que seguir con tu entrenamiento, y solo depende de tí, de nadie más, por eso me gusta correr, porque solo depende de mí.
Corro porque cada vez que lo hago me enfrento a mi yo interior, no importa si tengo la mejor gorra, camiseta, pantaloneta, los zapatos más caros, o el mejor entrenandor del mundo, ya que eso no hará que termine la carrera, todo al final siempre dependerá de mí, ese yo que me dice «vamos Esteban carajo, no te detengas, tu puedes más», el cansancio, el dolor, la sed, simplemente desaparecen y sigo adelante.
Por eso corro, para demostrarme cada día que nada en esta vida es imposible.
Empecé corriendo 10 km, luego los 15 km, llegué a los 21 km (media marathon) sin problema pero ahora mi reto es mayor, este año correré los 42 km (marathon), para nuevamente probarme a mi mismo que no existen los límites.
Por eso muchas veces tengo que sacrificar los momentos libres o de distracción con mis amigos de la maestría, tal vez algunos no lo entienden, tal vez otros sí, pero al conversar con ellos les explico el porqué lo hago, y me dicen que siga adelante.
Igual sé que al cruzar la meta, el único ganador seré yo. Yo lo he logrado, ¿por qué tú también no lo intentas?
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