Una noche de un 21 de agosto de 1996 salí de Cuenca para la capital, solo sabía que iba a estudiar, que era un morlaco en busca del triunfo.
En mi cabeza solo pensaba lo que podría pasar allá, todas las cosas nuevas que iba a ver y todo lo nuevo por aprender, dentro de mí solo esperaba que pase el tiempo (4 años) para poder regresar con mi familia, mi Cuenca, mi Vado, mis amigos, pero todo cambió, las circunstancias de la vida me han llevado por otros rumbos y destinos.
Son 12 años fuera de los que más quiero: mis padres y mi abuela.
Y hoy a la distancia, más que nunca, tengo presentes las palabras que mi Padre y mi Madre nos dijeron el año pasado en su 30 aniversario de bodas, «es difícil verlos partir cada vez que se van de nuestro lado, pero les dimos alas para volar, así que vuelen alto…»
Así es, me dieron alas para volar, y lo estoy haciendo, gracias papi y mami 🙂
Los quiero mucho
Esteban
Pues tienes razón, mientras más sacrificio incluye, más valor tienen las cosas que uno consigue…
Pana…la tierra va con uno donde vayas…si algo se extraña es solo por que cosas buenas pasaron …. asi que alegrate que tuviste la oportunidad de vivir esos momentos.
Vaya post! Preparábamos maletas casi al mismo tiempo. Yo salí de mi Loja el 5 de Septiembre del 96! Difícil olvidar las fechas, no? Has leído Juan Salvador Gaviota?
@TonNet:
Así es, la verdad difícil olvidar fechas como esas.
No he leído ese libro, pero sé que es bueno, ya lo compraré para leerlo
De verdad que estas volando, pero nunca será lo suficietemente alto para personas que como tú tienen el ímpetu…. adelante siempre amigo….
¿En qué U estudiaste? 🙂